Nuestra historia

Nuestro aceite PAGO DEL ALCORAY tiene su origen en 1901 en Chilluévar, (aldea en esa época dependiente de La Iruela), cuando nuestro abuelo paterno Juan Ramon Zamora Martínez, con 13 años de edad, hereda de su madre, Antonia Martínez Montesinos, según escritura a favor de Juan Ramón Zamora Martínez de la partición de bienes de la difunda madre Antonia Martínez Montesinos, aprobada por escritura otorgada ante el notario Don Juan Ruiz en 25 de Abril de 1901. En esa escritura, entre otras propiedades, se le otorga a nuestro abuelo: 4º haza ó suerte de tierra con parte de olivar, que radica en el sitio nombrado Loma de la viña y barranco del  olivar de Chilluevar, Pago del Alcoray, termino municipal de Yruela, perteneciente también a la dotación del mencionado cortijo, que radica en el mismo sitio que este y de que después se hará referencia, se segrega y adjudica a este interesado para que desde hoy forme parte independiente , una porción que tiene de cavida cincuenta y ocho áreas y setenta y una centiáreas, equivalentes a una fanega y tres celemines de tierra de labor secano con treinta plantones de oliva, linda al saliente y norte con la parte adjudicada a su hermana María Eulogia, a poniente tierras de Juan García Martínez y al sur con el arroyo de las Casillas, se haya libre de gravamen y ha sido tasada en trescientas cuarenta y cuatro pesetas cinco céntimos.(344,05) Cuya porción de finca se segrega de las tres fanegas y nueve celemines de tierra de labor secano con plantas de oliva y una pequeña parte de riego eventual en dos días de cada seis de la fuente que nace o existe en tierra que fue de Agustín Martínez y posee Juan García que la difunta heredo por igual concepto y titulo que las fincas anteriores y a la vez que la casa cortijo y bajo la misma inscripción se encuentra inscrita en el registro de la propiedad. Don Juan Ruiz y Tíscar, caballero de la real y distinguida orden Española de Carlos Tercero y notario del Ilustre colegio de Granada, con vecindad y residencia fija en esta muy noble y leal ciudad de Cazorla. Lo relacionado xxxx esa conforme con los originales en su contenido a que me remito por quedar en el protocolo constante de mi notaria bajo el numero ochenta con nota de la expedición de este primer testimonio que a instancia de Don Antonio del Rio, como protutor del menor Juan Ramon Zamora Martinez, libro, signo y firmo en dos pliegos de papel , clase xxx números setecientos cuarenta y cuatro mil setecientos ochenta y dos y el próximo siguiente. Cazorla y abril treinta de mil novecientos uno. Juan Ruiz Tiscar. Esta finca, la heredó nuestra bisabuela Antonia Martínez Montesinos de sus padres Agustín Martínez Merlos y Antonia Montesinos Sánchez según escritura del 3 de noviembre de 1890, también otorgada ante el mismo notario.

Consideramos la fecha de 1901, porque fue nuestro abuelo el primero que mostró interés en la obtención de su propio aceite. 

Desde esa fecha, primero nuestro abuelo y después nuestro padre José Zamora Rodero, se han encargado de transmitirnos los buenos valores de la vida en el campo, como el respeto por la conservación de la  tierra y lo que de ella obtenemos, la perpetuación de los valores familiares que incluyen la amistad, honradez, lealtad, esfuerzo y  respeto a nuestros antepasados, auténticos artífices de lo conseguido hasta ahora, reforzado en cada una de las sucesivas 5 generaciones.

Un poco de historia de nuestro pueblo Chilluévar

Los testimonios más antiguos hallados en su término municipal se remontan a tiempo de los iberos, en la aldea de las Almansas, y a época romana, en la que tuvo una intensa ocupación por medio de villas rústicas. De esta época se conservan un conjunto de inscripciones funerarias en el Museo Provincial de Jaén.

En época musulmana se ha identificado Chilluévar con Alcoray, localidad mencionada por primera vez en 1256, y que debe ser la Alcorahe citada en 1384 en un documento del rey Juan I.

El impulso y consolidación del núcleo de Chilluevar arranca en 1231, fecha en la que estas tierras pasaron a formar parte del Adelantamiento de Cazorla, patrimonio del arzobispado de Toledo, siendo titular D. Rodrigo Ximénez de Rada.

Sancho de Castilla, Arzobispo de Toledo e Hijo de Alfonso X el sabio, en 1256 concede a la villa de Cazorla las aldeas de Nubla, La Iruela y Alcoray.

Dos circunstancias contribuyeron al florecimiento de Alcoray, por un lado las obras promovidas por el Cardenal de Toledo, Don Rodrigo Ximénez de Rada, en su afán de propagar la nueva fe cristiana en las tierras conquistada a los musulmanes y por otro, el trasiego de ganaderos por este lugar, al quedar Chilluévar como paso obligado de la Mesta en el camino que unía Jaén y el Levante. En "Chilluévar la Vieja", como hoy se conoce al primitivo emplazamiento, se construyó una ermita, una hostería, un cementerio y una alberca. Ganaderos, peregrinos y comerciantes visitaban la ermita, encontraban descanso en hospedería y pensiones, y hacían abrevar al ganado.

La desaparición de la Mesta y la trashumancia supuso la progresiva decadencia y marginación de este primitivo núcleo, pero no así el de la localidad que a finales del XVIII consagraba una nueva iglesia parroquial en el lugar denominado "Chilluévar Nuevo", a un cuarto de legua de la ermita antigua. En 1787 la aldea recibió el título de "villa" a instancias del Cardenal Lorenzana, un título que aunque no significaba ningún tipo de independencia, avalaba su reconocimiento como núcleo de población.

Durante 6 siglos este territorio perteneció al Arzobispado de Toledo hasta que en 1836 con la desamortización de Mendizabal, pasa a manos privadas, creando se grandes latifundios y dando lugar a la llegada de terratenientes y trabajadores para labrar la tierra, procedentes del sureste y norte centro de la península.  

Uno de estos territorios, que formaba parte del Pago de Alcoray fue adquirido por mi tatarabuelo Agustín Martínez Merlo.

Desde entonces, esta finca ha ido pasando de generación en generación hasta el día de hoy (5ª generación).

El terreno se desmontó y se plantaron olivos y vides.

De aceitunas de aquellos olivos y de otros de la zona y centenarios, obtenemos nuestro aceite de oliva Virgen Extra de las variedades Royal y Picual que envasamos con nuestra marca PAGO DEL ALCORAY.

Los primeros años del siglo XX están marcados por el largo proceso de segregación de Chilluévar del municipio de la Iruela, que culminó el 14 de diciembre de 1926, con la independencia municipal.

 

Pueblo de Chilluévar